Caminaba yo por la Plaza de Oriente mientras la noche
amenazaba con cubrir Madrid bajo su cielo estrellado cuando me encontré de
repente con un corrito de personas que, sentadas en el suelo, se habían
congregado en medio de la calle para escuchar tocar a un arpista. El músico en
cuestión tenía el pelo largo, vestía de negro y deslizaba sus dedos por el arpa
como si esta fuese una amiga de confianza. Había rodeado el instrumento con un
círculo de rosas secas que relucían a la luz de la farola con su rojo pasión y
en ese momento tocaba “The heart asks
pleasure first” de la película ‘El Piano’. Aquí va una foto del músico, cuyo
nombre, como me enteré unos días después, es Víctor Santal.
Atentos, quizás algún día nos encontremos con algún disco suyo vendiéndose, ¿quién sabe?
P.
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